viernes, 19 de diciembre de 2014
La abeja y los zanganos
A tratar de un gravisimo negocio se juntaron los zanganos un dia. Cada cual varios medios duscurria para disimular su inutil ocio; y por librarse de tan fea nota a vista de los otros animales, aun el mas perezoso y mas idiota queria, bien o mal, hacer panales. Mas como el trabajar les era duro y el enjambre inexperto. No estaba muy seguro de rematar la empresa con acierto.
Intentaron salir de aquel apuro con acudir a una colmena vieja y sacar el cadaver de una abeja muy habil en su tiempo y laboriosa; hacerla con la pompa mas honrosa unas grandes exequias funerales y susurrar elogios inmortales de lo ingeniosa que era en labrar dulce miel y blanca cera.
Con esto se alababan tan ufanos que una abeja les dijo por despique:
- No trabajais mas que eso?. Pues hermanos, jamas equivaldra vuestro zumbido a una gota de miel que yo fabrique.
Cuantos pasar por sabios han querido con citar a los muertos que lo han sido! y que pomposamente que los citan, mas pregunto yo ahora, los imitan?.
Facilmente se luce con citar y elogiar a hombres grandes de la antiguedad: el merito esta en imitarlos.
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