viernes, 19 de diciembre de 2014

El elefante y otros animales



Alla en tiempos entonces y en tierras muy remotas, cuando hablaban los brutos su cierta jerigonza noto el sabio elefante que entre ellos era moda incurrir en abusos. Dignos de gran reforma, afearselos quiere y a este fin los convoca.

Hace una reverencia a todos con la trompa y empieza a persuadirlos. En una arenga docta que para aquel intento. Estudio de memoria. Abominado estuvo por mas de un cuarto de hora, mil ridiculas faltas, mil costumbres viciosas: la novicia pereza, la afectada bambolla, la arrogante ignorancia, la envidia maliciosa.

Gustoso en extremo y abriendo tanto su boca sus consejos se oian. Muchos de aquella trompa, el cordero inocente, la siempre fiel paloma, el real perdiguero, la abeja artificiosa, el caballo obediente, la hormiga afanadora, el habil jilguerillo, la simple mariposa.

Pero del auditorio otra porcion no corta, ofendida, no pudo sufrir tanto parola. El tigre, el rapaz lobo contra el censor se enojan que injurias vomita la serpiente venenosa!  murmuran por lo bajo, zumbando en voces roncas. El zangano, la avispa, el tabano y la mosca salense del concurso. Por no escuchar sus glorias. El cigarron danino, la oruga y la langosta, la garduna se encoge. Disimula la zorra y el insolente mono hace de todos mofa.

Estaba el elefante viendolo con pachorra y su razonamiento concluyo de esta forma:

- A todos y a ninguno mis advertencias tocan: quien las siente, se culpa; el que no, que las oiga. Quien mis fabulas lea sepa tambien que todas hablan a mil naciones. No solo a la espanola. Ni de estos tiempos hablan porque defectos notan que hubo en el mundo siempre como los hay ahora y pues no vituperan senaladas de personas, quien haga aplicaciones con su pan se lo coma.

Ningun particular debe ofenderse de lo que se dice en comun.

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