viernes, 19 de diciembre de 2014

El oso, la mona y el cerdo



Un oso, con que la vida ganaba un piamontes. La no muy bien aprendida danza ensayaba en dos pies. Queriendo hacer de persona, dijo una mona:

- Que tal?

Era perita la mona y respondiole:

- Muy mal!
- Yo creo - repitio el oso -

- Que me haces poco favor. Pues que, mi aire no es garboso? no hago el paso con primor?

Estaba el cerdo presente y dijo:

- Bravo! Bien va!
- Bailarin mas excelente no se vera.

Echo el oso a oir esto, sus cuentas alla entre si y con ademan modesto hubo de exclamar asi:

- Cuando me desaprobaba la mona, llegue a dudar; mas ya que el cerdo te alaba, muy mal debo de bailar.

Guarde para su regalo esta sentencia de autor:

Si el sabio no aprueba, malo; si el necio aplaude, peor.

Nunca una obra se acredita tanto de mala coma cuando la aplauden los necios.

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