sábado, 13 de diciembre de 2014

Pau, la cama y las arañas

Había una vez un niño que se llamaba Pau. Cuando le daban vacaciones solía ir a casa de su abuelita, que vivía en un pueblo.

Mi cama es muy rara. ¿Verdad abuelita?
— No cariño, tú cama no es rara, lo que ocurre es que es distinta de las de la ciudad.
— ¿Mi cama puede volar?
— No, Pau, tu cama no tiene alas. Tu cama tiene patas.
— Entonces, si tiene patas podrá andar.
— Tiene patas sí, pero no puede andar porque no es un animal.
— Bueno, pero si quiero es mágica ¿Verdad?
— Tu cama va a ser lo que tú desees. ¿Quieres que sea mágica, pues lo será.



Y Pau se quedó conforme.

— Cariño, ¿quieres que te cuente un cuento, sí o no?
— ¿Tú crees que si estiro mucho la pierna llegaré a tocar el techo con el pie? —preguntó sin contestar a su abuelita.
— No lo creo. Verás Pau, para tocar el techo con el pie tendrías que tener unas piernas larguísimas pero entonces serías un niño patilargo.
— Yo no quiero ser un  niño patilargo. ¿A qué si estiro mucho mi pierna puedo tocar el techo?
— Pues entonces serías una araña patas largas.
— ¡Pues nooo...! Tampoco quiero ser una araña patas largas, no me hace falta ser araña para tocar el techo porque mi cama es mágica. Claroque tú no puedes ver cómo lo hago.
—Recuerdo una vez que toqué el techo con mis manos porque mi papá, cuando yo era pequeña, me tenía en brazos. Había una araña tejiendo su telaraña en un rincón. No veas el susto que me llevé.

— Abuelita, las arañas no hacen nada
— ¿Qué no hacen nada? Tú por si las moscas no las toques. Como no las dejes tranquilas te pueden morder. No, si malas no son porque atrapan a los insectos que se comen tus cuentos.

Hay una araña que se llama   Loxosceles Laeta que le gusta vivir detrás de los cuadros y los muebles y ataca con un veneno muy fuerte.

— ¡Mama mía, pues yo no voy a tocar ninguna araña!

Hay otra araña la  lycosidae  que es muy buena mamá? Cuando las arañitas salen de la ooteca, se llama así el saquito de seda donde nacen, la mamá la sigue cuidando y las transporta sobre su cuerpo hasta que se hacen mayores.

— Pues yo no soy una araña, para que te enteres. Soy un niño.
— Pues claro que eres un niño y muy guapo y muy listo pero ¿mira que decirme que tú cama vuela?
— Claro que vuela, pero tú no la ves porque cuando vuela estás dormida.
— ¿Vuela de noche?
— Sí, cuando duermo.

— Vaya, vaya, eso no lo sabía yo —dijo la abuelita— Una vez vi una película de una cama que volaba y una bruja la conducía. Bueno, y ahora sí quieres te cuento el cuento, que ya es hora de dormir — terminó diciendo.

— Espera abuelita, no empieces todavía. Dime, ¿conoces más cosas de las arañas?
— Claro que sí. Las arañas tienen mandíbulas, y colmillos por donde liberan su veneno. Son artrópodos porque sus ocho patas están articuladas y tienen ocho ojos pero algunas casi no ven.

— Mejor, así no me verán a mí cuando toque el techo.
— ¿Sabes Pau, que hay una araña que se llama escupidora?
— ¡Uf! ¡Qué asco!
 — Es inofensiva, no te va a hacer daño.
— Pero no se debe escupir ¿verdad? Mamá dice que no escupa.
— Y lleva razón. Los niños no deben escupir, eso está muy feo pero la araña escupidora lo hace para cazar y alimentarse. Escupe una saliva espesa que inmoviliza a los bichos.
— Pero yo no soy ningún bicho por eso a mí no me escupirá ¿verdad abuelita?
— Por  supuesto,  cariño.  ¿Cómo  vas  a  ser  tú  un  bicho  si  eres  el  niño  más  bueno  que conozco?



De pronto Pau le dio un abrazo muy grande a su abuelita y un beso enorme, tan fuerte que  la  araña  saltadora  del  rincón  del  marco  de  la  ventana,  sintió  envidia  y  se  acordó  de  su abuelita que vivía en otra ventana.

— ¿Todavía hay más arañas?

Por  supuesto,  hay  miles  de  ellas,  están  las  pescadoras,  las  de  patas  de  peine,  las tenebrosus, las arañas lobo…

— ¿Has dicho arañas lobo?
— Sí, hay unas arañas que las llaman lobo.
— ¡Uy, qué susto, abuelita!
— No te asustes que éstas suelen vivir bajo las piedras y son muy miedosas. Las llaman lobo porque tienen muchos pelos en las patas.
— ¿Sabes una cosa, abuelita? Ya no quiero saber más cosas de arañas que me asustas.
 — Pero deja que te cuente algo sobre la tarántula.
— ¿Cómo es la tarántula?
— La tarántula es grande.
— ¿Muy grande? ¿Cómo un conejo?
— No. Como un conejo no. Aunque las hay de todos lostamaños pero una en particular, la tarántula rodillas rojas, puede ser tan grande comola palma de la mano. La gente la tiene como mascota, aunque no debería porque está protegida.
—Da miedo, ¿verdad?

— Hay que saber cogerla pero tú, por si acaso, no latoques. Las tarántulas viven más de veinte años, el doble que un perro y lo mismo que un caballo. Cambian la piel muchas veces, pero no todos los días como tú de calcetines, ellaslo hacen para poder crecer. Las mamás son más grandes y los papás más flaquitos y todas tienen pelos en las patas, son arañas lobo.

Abuelita no me hables más de arañas, por fa. ¡Aaah!, qué sueño tengo… Y la abuelita viendo que el sueño podía con él, le dio un beso diciéndole:
— Llevas razón, cariño. Dejemos tranquilas a las arañas que ahora toca dormir.


Y Pau se quedó dormido y soñó que volaba al país de las arañas gigantes y su cama era atrapada por la telaraña y salía la araña con sus mandíbulas dispuesta a comérselo pero él, que era  muy valiente,  sacaba una espada  y  luchaba contra  la araña,  la  mataba y  salía triunfante rescatando a su cama y volvía a volar atravesando montes y valles.

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